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Once pasarelas engalanaron el pabellón del Quilombo

petronio agosto 16, 2016 0 comments

La Pasarela Infantil de las marcas By Loko, Agamvi Libertad, Amparo Arrechea y Octopus, mostró una lluvia de propuestas que engalanó con variados colores que reforzaban la espontaneidad que adorna el mundo de los infantes.

Ángela Vidal con sus nudos y amarres para los turbantes, Amparo Arrechea con sus muñecas vestidas con trajes típicos de Colombia, y las coloridas camisetas de Octopus, fueron la sensación.

Mientras que la Pasarela Petra, de la Diseñadora Paula Arellano, se acompañó de una fusión entre ballet y pasos de danzas africanas, presentando una colección de faldas tipo tutú con ornamentación de lentejuelas tono a tono, para realzar discretamente la escena, camisetas básicas y cintas en los pies haciendo alusión a las baletas de ballet.
Frescos y graciosos se resaltaron los peinados de las niñas que lucieron, moñas, trenzas, crespos y hermosas hondas.

La Pasarela Viviendo mis Raíces, de la Diseñadora de Modas Katy Trejos presentó el universo del beach wear, que hizo su aparición el último día del Petronio con una variada propuesta de prendas entre una y dos piezas, con un hermoso y vivo colorido, el movimiento que le dieron los volátiles pareos en velos en tonos plata. Contrastó con la aparente firmeza que aportaban las elásticas lycras en los trajes de baño.

De otro lado, la Pasarela Atavíos, de la marca Armatta de Nancy Lozano Cuesta, fue pionera en el ancestral ejercicio de adornar la cabeza con telas a la manera heredada de  la madre patria África. De una manera auténtica recreó el estilo conocido como Yale originario de Nigeria.

De varias maneras y a su manera, entre amarres y nudos ella ha ido evolucionando, rutina que muchas mujeres y algunos hombres hacen como ejercicio de resistencia afro, a gritos de imagen y en silencio de palabras se pide respeto por la ascendencia de la etnia negra.

La Pasarela Madre Tierra, de la marca Zahinabi, con las Docentes Maribel Padilla y Adriana Manrique, demostró que las m

ujeres afrodescendientes, al igual que las africanas, llevan el ejercicio de la costura como una impronta, este hermoso oficio,  innato en sus manos las caracteriza.

Diseños urbanos que realzan un estilo afro de los pies a la cabeza, las prácticas y frescas camisetas básicas en algodón acompañadas de pantalones aren  en variados estilos con  grandes botones que le dieron una mirada Navy de la misma manera las mujeres completaron su outfit con shorts, minifaldas al cuerpo y otras de suaves vuelos. Los estampados de siluetas afro o caricaturas, que están de moda, adornaron muchas de las prendas en técnica de estampado.

El turno fue para la Pasarela Mujer Real, de la Diseñadora Paola Mina, luciendo siluetas de faldas cortas y largas en corte, a pantalones sueltos de vuelos, acompañadas de blusas de boleros y de amarres, que se presentaron con una interesante mezcla de telas nacionales e importadas de África, con grafismos contemporáneos a manera de puntillismo o antiguos mosaicos mediterráneos.

Los colores vivos nacionales contrastaron con los tonos neutros del color plata, gris y arena sobre bases en beige de las telas importadas. Toda esa libertad acompañada de sombreros en fibras sintéticas en tonos blanco perla.

La Pasarela African Color, de la Diseñadora de Calzado Tatiana Ibargüen, trajo baletas, sandalias, plataformas acompañadas con capelladas tejidas, otros con atractivos acabados  en trenzas terminadas en con terminales en madera y el rescate del macramé trabajo manualmente, llevado continuamente a las pasarelas.

El turno fue para la Pasarela Onda de mar, de la Diseñadora de modas Patricia Chunga. La última pasarela de la noche nos trajo la propuesta más profesional de la semana, coordinada y coherente entre su estructura cromática, su propuesta textil y sus siluetas, aportando el mejor hilo conductor de la semana, con una historia que nace de los recuerdos de la niñez de la diseñadora Chunga en el puerto. Los atardeceres en violetas y chocolates contrastan con sus recuerdos de los amaneceres en azules y dorados.

Camisas estructuradas en tonos metálicos dorados en la técnica de origami con sus cuellos brotados y amarrados. Las faldas tipo Dior, con una sobrefalda en encaje de última tecnología tipo tul, en tonos azul iridiscente y acompañados de unas colas en cascadas de quiebres en tonos dorados.

El calzado tipo coctel, con capellada de punta y con tacón puntilla, correas a los tobillos en algunas ocasiones dobles, acompañados de un hermoso protagonista, pavas tejidas en tetera que le daban un don aire especial y armonizaban con los bolsos y accesorios.

John Urán

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