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En el Pacífico se canta el Bunde para que los niños vayan al cielo

Jairo Plaza agosto 16, 2019 0 comments

En la versión XIII del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez que realiza la administración del alcalde de Cali Maurice Armitage se habla, se vive y se siente toda su cultura. Aquí se aprende a bailar, se saborean los mejores platos de comida de mar, se toma viche, tumbacatre y si usted no sabe qué es un alabao, una fuga, un arrullo y en este caso un bunde, aquí le contamos.

El Bunde es un ritual que le hacen a los niños cuando mueren antes de los 7 años, un canto que nace en las haciendas de la época de esclavitud, “cuando se moría un niño lo ‘bundiaban’, esto lo hacían porque tenían la creencia del que el niño muere en estado de inocencia y se va derecho al cielo al reino de los espíritus´, cuenta Ofelia Sinisterra.

Asegura Ofelia que entre los ancestros no se lloraba -al contrario- bailaban con alegría porque era un niño más que se le escapaba a la esclavitud para retornar directo al cielo y para esta gran celebración cantaban toda la noche, los vecinos acompañan con coros y baile; se daban café y bananas, tomaban aguardiente para animarse y acompañar a los familiares del nuevo angelito.  

“Allí se canta bunde y las letras son apropiadas a la vida del niño o al padre, entonces ahí hay un papel muy protagónico de los padrinos que son las personas más importantes en ese momento, son ellos los encargados de hacer los gastos del bunde, comprar la mortaja -que es todo el vestidito que le colocan al niño- y entre la mortaja hay algo importante, que es una tirita de una cinta que uno le coloca en la cintura, porque esa es la cinta que los niños le tiran a los padrinos. Cuando ellos se mueren, salen al encuentro y los padrinos se agarran de ahí para poder entrar al cielo”.

Las cantoras son las encargadas de amenizar el bunde toda la noche y la mamá le dice el papá que no baile, pero la gente le dice que ‘sí’ porque es motivo de alegría, y se canta así:

Camine comadre vamos a bailar, mi compadre le dice que no baile más

Que no baile más, que no baile más

¿Y en dónde está la madrina que no se le ve?

Está en la cocina colando café

Está en la cocina colando café

 

Este ritual aún se conserva entre las comunidades afro, en todo el norte del Cauca ‘bundean’ los niños y en el sur del Valle también, una tradición milenaria que ha venido de generación en generación desde los palenques.

Los angelitos no se pueden enterrar por la tarde, se debe hacer en la mañana porque es un ángel, se hace pabellón con cinta y los que acompañan son los niños. Al niño se le colocan dos velas porque no es adulto, sino niño. Si el angelito no lo bundean lo sienten en la casa, hace bulla y toca la tambora.

Durante seis días los caleños, visitantes y extranjeros disfrutan del festival de cultura afro más importante de Latinoamérica, un baluarte y patrimonio que rememora y trae consigo todo un legado ancestral.  El posee una riqueza inigualable; su gente lo hace grande por medio de su música y cantos que transmiten fuerza, espiritualidad, belleza, tristeza, nostalgia; el Petronio Álvarez sin duda alguna rescata la memoria viva de la historia de este país.

Yuliana Valencia Bermúdez