Tremendos ojos abrieron doña Concepción Fernández, Wilson Villa y Valentina Cubillos cuando les dijeron que si pensaban asistir al Festival Petronio Álvarez, el cual es organizado por la Alcaldía del Cali del 10 al 15 de agosto en la Unidad Deportiva Alberto Galindo, contiguo al Coliseo El Pueblo.
Para ellos tres, les estaban hablando en chino, pues por primera vez llegaban a Cali procedentes de Guatemala y venían única y exclusivamente para ir a Buenaventura y disfrutar del avistamiento de ballenas Yubartas.
“Estaremos en Cali hasta la próxima semana. La hemos recorrido y está muy linda. Me encantaron las gatitas y el corredor al lado de la iglesia de la Ermita, aunque me parecen muy novedosas estas trompetas con música, donde nos encontramos. Y este martes nos vamos para Buenaventura”, dice Valentina.
Al preguntárseles que si iban a aprovechar este fin de semana para ir al Petronio, se miraron entre sí. ¿Eso qué es?
Es algo que tiene que ver con las bellezas marinas que quieren conocer, pues es el Pacífico colombiano el que sirve de escenario y sala cuna de las ballenas jorobadas y justo hay un stand donde les podrán explicar cómo migran, qué comen, cuánto recorren, cómo es el parto para tener el ballenato… en fin. Todo como preámbulo al viaje. Y lo encuentra en el Petronio
¿Petronio?
Sí. Desde hace 26 años la Alcaldía de Cali realiza el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, espacio en el que durante 6 días se exhiben muestras de la cultura de la región Pacífica en cuanto a música, bebidas, gastronomía, moda y mucho más, acompañado de un fuerte componente didáctico para que los visitantes se ilustren de la cultura y costumbres del litoral.
Se hace en homenaje al cultor y juglar Patricio Romano Petronio Álvarez Quintero, músico, maquinista de locomotora y poeta que nació en la isla de Buenaventura el 1 de noviembre de 1914 y murió el 10 de diciembre de 1966. En su infancia cantaba y vendía empanadas.
Una de sus más populares composiciones es Mi Buenaventura, un himno a la ciudad que lo vio nacer y que lo catapultó a la fama. Hoy se reconoce su legado a través de este Festival…
Interesante, dice Concepción. ¿Cómo llego y cuánto cuesta?
Llegue a la plaza de toros, o a Cosmocentro -que es la carrera 52- gire a la derecha y busque el Coliseo El Pueblo. Ya llegó. La entrada es gratis, sin boleta. Está en su casa. La casa grande del Pacífico.
Cogieron la caña
Como era de esperarse, llegaron a la cita vestidos como lo hacen a diario. Lo primero que hicieron fue comprar blusones, chalinas y camisetas para no desentonar. Entraron a la oficina de prensa y comunicaciones de la Ciudadela del Petronio que tiene dispuesta la Alcaldía de Cali y se cambiaron en el baño.
“Usted no nos dijo que era así de inmenso. Yo me imaginé una casa grande con exposiciones y conferencias, pero aquí lo que hay es una fiesta con comida y bebida para un millón de personas, como para quedarse hasta por la noche. Al menos yo de aquí no me voy hasta que vea los grupos musicales”, dice Wilson.
Valentina fue más allá: “No tengo ni idea de esos licores que venden acá, por lo que los voy a probar todos y me voy a pear (emborrachar) con el que más me guste. Así que, papá, mamá… me llevan cargada. Esto es muy pegajoso. Desde que entré no me quiero ir. Y le advierto, amigo: me voy a documentar bien de este Festival para venir el próximo año e invitar a mis compañeros de la Universidad Galileo donde estudio Sociología. Aquí está la verdadera cultura negra”, dice emocionada.
Y la más incrédula -Concepción- confesó que lo que en un principio tomó con desconfianza, ahora es el mejor programa que ha vivido en Cali en los cuatro días que lleva en la ciudad. Su pasión por la comida le abrió los ojos a la gastronomía pacífica, la que espera probar. Igual que su hija, probará de todo.
“Le prometemos que el próximo año volveremos al Plutonio”. ¡Petronio! Le corrigieron a Wilson en coro. Tiene un año para aprenderse el nombre.
